El miedo a los ruidos fuertes o la ligirofobia

La ligirofobia, a veces conocida como fonofobia, es el miedo a los ruidos fuertes. El miedo es más común en niños pequeños, pero también puede ocurrir en adultos. Algunas personas sólo temen los ruidos fuertes muy repentinos, mientras que otras temen el ruido continuo. Esto puede afectar su capacidad para sentirse cómodo en entornos sociales que implican estar entre una multitud, como fiestas, conciertos y otros eventos.

Índice
  1. En niños pequeños
  2. En adultos
  3. Otros trastornos
  4. Tratamiento

En niños pequeños

Los miedos comunes son una parte normal del crecimiento y muchos niños pequeños presentan numerosos miedos de corta duración. Los ruidos fuertes, como cualquier estímulo sorprendente, pueden desencadenar reacciones incluso en bebés muy pequeños. Sin embargo, para la mayoría de los niños estos temores son leves y transitorios.

Sin embargo, los niños son tan capaces como los adultos de desarrollar fobias profundamente arraigadas que los acompañan durante toda su infancia. Algunas fobias pueden ser el resultado de la genética, mientras que para otras puede ser el resultado de la experiencia de la vida.

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Si el miedo de un niño dura más de seis meses, o si no se alivia fácilmente, es importante buscar tratamiento de un profesional de salud mental calificado . 1

En adultos

En adultos y niños mayores, el miedo a los ruidos fuertes puede ser, en el mejor de los casos, vergonzoso y, en el peor, limitar la vida. Es posible que no se hable ni se revele este miedo a amigos, familiares o médicos.

A los adultos les puede resultar difícil desenvolverse en ambientes de oficina ruidosos, conducir en autopistas muy transitadas o incluso socializar en restaurantes o bares llenos de gente. Los niños pueden tener dificultades para prestar atención en clase, participar en deportes de equipo o pasar tiempo con amigos en ambientes ruidosos.

A algunas personas con este miedo les resulta especialmente difícil conciliar el sueño , ya que los ruidos exteriores pueden amplificarse cuando se está acostado en una habitación oscura y silenciosa.

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Otros trastornos

Una menor tolerancia al ruido a veces es indicativa de otra condición. La hiperacusia y la misofonía son trastornos fisiológicos que provocan una mayor sensibilidad al ruido. 2

Aunque pueden ocurrir por sí solos, estos trastornos a veces están relacionados con afecciones que van desde el trastorno del espectro autista 3 hasta la enfermedad de Meniere. 4 Por este motivo, es importante consultar con su médico de familia.

Una fobia al ruido simple es fácil de tratar, pero si hay trastornos concurrentes, todas las afecciones deben tratarse simultáneamente. Su médico puede trabajar en conjunto con un profesional de salud mental para tratar adecuadamente sus afecciones.

Tratamiento

El tratamiento puede variar según la gravedad de su miedo y el nivel de interacción social en la que pueda participar con éxito por su cuenta.

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El tratamiento puede incluir terapia de exposición , que lo colocará en un ambiente que invoca su miedo de manera controlada. 5 También puede ser útil la psicoterapia, que consiste en asesorar a un profesional de la salud mental sobre los desencadenantes, los miedos y los orígenes de su ansiedad para ayudarle a ser más racional con respecto a su miedo a los ruidos fuertes
.

Existen numerosas técnicas de autoayuda que pueden incluir relajación muscular , grupos de apoyo e hipnoterapia , así como meditación , diálogo interno positivo y otras formas de mejorar su reacción ante los ruidos fuertes.

Otra forma práctica de aliviar su miedo es controlar el nivel de ruido en su espacio inmediato tanto como le resulte cómodo. Al informar a los demás sobre su miedo, es posible que pueda encontrar un punto medio que tal vez no afecte a los demás tanto como lo ayudaría a usted.

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